Pequeña biografía de un pelo

Al principio era casi inexistente, fino, hacía recordar todo el esplendor de su potencialidad. Poco a poco fue poblando la existencia y ondeándose hasta caer delicadamente sobre la frente.
En un tiempo su llegada fue todo un acontecimiento, denotaba que ya era otro, que nunca más volvería a ser el de la mirada traviesa y rizos rebeldes.
Fue estirado, manoseado, tironeado según la ocasión; obligaciones, amores, peleas. Fue partícipe de todas las hazañas y todos los fracasos.
Poco a poco se fue despidiendo, para recordarle que la historia se escapa entre las manos.
Sólo una pequeña mata quedaba ya, como recuerdo de las proezas de antaño, deslucido, blanquecino, evocando a cada paso la inefable decrepitud.

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